Madrid, 1 de agosto de 2023.
El calvario de Teresa ha concluido después de tres años que se le han hecho eternos. La Audiencia Provincial de Madrid ha decretado el archivo definitivo de una causa contra esta veterinaria de la mancomunidad madrileña de municipios Henares-Jarama, a quien la asociación animalista Axla había denunciado por causar «daños psíquicos» a una gata madre callejera que abandonó su camada.
A primeros de mayo de 2020, en pleno estado de alarma en España por el COVID-19, la dueña de una vivienda en Loeches avisó a Axla y al centro de protección animal de la mancomunidad para que se llevaran de su patio varios gatitos callejeros porque, decía, habían sido abandonados por su madre. En la casa vivían dos niños, uno con una discapacidad del 65 por ciento, y su progenitora tenía miedo a que los animales transmitieran alguna infección o a que la gata madre les pudiera agredir al verse molestada.
Después de numerosas llamadas al Ayuntamiento, a la protectora de animales y a Axla, un compañero de Teresa fue a recogerlos y la veterinaria se los llevó a su casa, «jugándose la vida en plena pandemia porque esta chica es de riesgo», afirma su abogado, Javier Gallego (GALLEGO Y SÁNCHEZ-ROLLÓN ABOGADOS). Los cuidó, les dio el biberón con leche maternizada, pero se murieron. La asociación Axla presentó una querella criminal contra Teresa, a la que acusaron de un delito de maltrato animal con resultado de muerte, y contra el compañero que fue a recoger los animales.
La Fiscalía de Madrid informó favorablemente del archivo de la causa y el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Coslada procedió a su sobreseimiento. Sin embargo, Axla recurrió ante la Audiencia Provincial de Madrid, que no le ha dado la razón y ha archivado definitivamente este asunto. «No consta un solo indicio en autos que permita considerar siquiera que la investigada tratara de forma inadecuada ni, por tanto, de que maltratara a los cachorros», afirma en su auto la Sección Segunda para desestimar el recurso de apelación interpuesto por Axla.
El tribunal asegura también que «es cierto» que la veterinaria no explicó cómo llegó a la conclusión de que la causa de la muerte fue una «panleucopenia» -una enfermedad vírica muy contagiosa provocada por el parvovirus felino-, «cuando había declarado que se trató de una muerte súbita y sin que existiera una previa sintomatología que hiciera sospechar». Añade, no obstante, que «el hecho de que se desconozca la causa de la muerte no afecta en modo alguno a la imputación, especialmente si se considera el momento en que se produjo con las restricciones de todo tipo derivadas del confinamiento» en plena pandemia.
La Audiencia Provincial de Madrid también rechaza que hubiese un delito de falsedad documental por parte de la veterinaria. «Se trata de un argumento sorpresivo -dice en su auto-, pues la investigación se centró siempre, de conformidad con el contenido de la querella, en unos hechos supuestamente constitutivos de un delito de maltrato animal». «En cualquier caso, basta su examen para concluir en sentido desestimatorio», añade la sala, que no ha apreciado mala fe por parte de la asociación.
«Se ha puesto fin a este auténtico despropósito al entender la Audiencia de Madrid que mi defendida no ha cometido ningún delito de maltrato animal», afirma a ABC su abogado. «Es más -continúa-; los tres magistrados que han analizado el caso concluyen que la actuación y el comportamiento de la veterinaria fueron ejemplares, y más teniendo en cuenta que nos encontrábamos en pleno confinamiento por la pandemia del COVID».
Javier Gallego asegura que están estudiando acciones civiles y penales contra los denunciantes «para resarcir de los daños personales y morales causados a mi clienta durante estos años que ha permanecido investigada en los juzgados por un delito que no cometió».
NOTICIA PUBLICADA POR MANUEL MORENO, DIARIO ABC.
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